martes, 5 de octubre de 2010

Igualdad


Pensaba que tenía asumido que el BDSM no siempre se comprende, por mucho respeto y mucha intención que pongan algunas personas vainillas (dicho así, parecen legión, pero no pasan de dos) con las que puedo hablar del tema.

Pero en una conversación con una de esas dos personas, he vuelto a comprobar que también resulta difícil que yo me haga a la idea de que, en realidad, la D/s va en contra de muchos conceptos que hoy en día resultan básicos si uno se quiere considerar a sí mismo como una persona "civilizada y moderna". Lo entrecomillo, porque podríamos debatir durante horas qué significado tiene esto exactamente, y mi intención está lejos de hacerlo en este post.

Le comentaba a esta persona que yo necesito un Amo, va en mi naturaleza: acumulo una hermosa colección de intentonas por abandonarlo y frustraciones hasta que logré autodiagnosticarme y saber qué me pasaba. Él, un hombre al que considero sensato y muy abierto, me respondió con un "bien, así que prefieres que te traten como a alguien inferior, en vez de establecer una relación de igualdad".

No tuvimos tiempo de continuar con el tema, pero me quedé pensando en si él llevaba razón o no. Desde luego, una relación D/s implica per se que Alguien manda y otro (u otra) obedece. Esto constituye una desigualdad evidente, donde el/la que obedece, supedita sus deseos al que manda.

Sin embargo, el que manda no suele hacerlo de manera tajante siempre: normalmente, si se trata de un/a Dominante (al menos, tal y como yo lo entiendo), deberá tener en cuenta en cada momento las condiciones físicas y psicológicas de la parte sumisa; además de sus circunstancias e incluso sus opiniones (aunque al final no las siga pero, al menos, las escucha). El cuidado y el respeto debe de ser mutuo y quizá por este lado, la balanza se equilibre.

Pero reconozco que me gusta que me Dominen (no que me "dominen"), deberme, ofrecerme sumisa y proporcionar placer, y que exista cierto control sobre mí. Todo esto me atrae y, lo más importante, me da placer.

Desde fuera, esto podría considerarse un retroceso desde el punto de vista de los derechos humanos y de la dignidad de la persona, sobre todo si olvidamos que la D/s se da dentro del marco de lo Sensato (o Sano), lo Seguro, y lo Consensuado (SSC). Si se trata de una opción escogida libremente por mí y que, no sólo no daña el resto de las facetas de mi vida, sino que las enriquece y las mejora, además de realizar una parte de mi como persona, está claro que no queda más remedio que replantearse ciertas ideas.

No obstante, y en caso de que este post llegara a ojos de alguna persona vainilla, la veda (o el debate) queda abierto.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Aunque muchas veces solo con ánimo de debatir planteo cosas generales, solo por chinchar he llegado a la conclusión que hay tantos BDSM's como personas.
Unos esa necesidad que dices la precisan siempre, otros solo mientras dura el juego, sesión o como se denomine.
Que no es lo mismo que te dominen sexualmente o en la ropa que has de llevar que te prohiban ser amigo de tal o cual o controlen tu cuenta en el banco, claro, cada persona elige como en un buffet lo que desea usar, cuanto mas "comas" de ese buffet mas raro pareces al resto de comensales.
Es dificil hablar de ello con otros, tambien arriesgado.
Todo es raro luchando por la igualdad se han dejado muchas cosas por el camino, ahora estas obligado a ser igual aunque no quieras, pero igual a ellos, osea todo sigue igual.
Un beso,
Marc

descalza dijo...

Yo también había llegado a la conclusión de que hay tantos BDSMs' como personas.

Pero tu ejemplo del buffet es muy gráfico, la verdad, nunca lo había pensado...

besos, Marc

magnolia dijo...

Iba a dejarte un comentario, pero leyendo el de matro, no hace falta añadirle nada queda bastante claro.
Besos.