Este creo que podría ser el eterno debate: ¿debe de haber sentimientos entre Amo/a y sumiso/a? ¿Qué tipo de sentimientos? ¿Son buenos, malos, ninguno de los dos, los dos a la vez?
Supongo que no existen respuestas correctas ni universalmente válidas, ni siquiera para la misma persona, porque todo depende también de las circunstancias, de la evolución propia y del otro. Estaremos de acuerdo en el SSC o el RACSA (RACK por sus siglas en inglés), y en el respeto, pero eso no son sentimientos.
No estoy segura de que la mayoría de las personas puedan participar en esto sin ningún tipo de afecto. Como mínimo, creo que existe el cariño. Aquel/lla que no quiera pasar de ahí, puede obtener grandes ventajas, como una mayor independencia emocional, que evitará disgustos por la otra persona y, en caso de que exista distancia (situación relativamente frecuente en la D/s, sobre todo en proporción con las relaciones vainilla), se puede llevar mejor la ausencia de la otra/s persona/s. Algunos dicen que la intensidad de esa relación es menor, no lo sé, no he podido quedarme en este estadio en mi escasa experiencia, así que no he podido comprobarlo por mí misma. Aún así, dependerá de la persona.
Después podríamos ir describiendo varios grados de sentimientos en una escala que fuera aumentando hasta llegar al enamoramiento, quizá el máximo grado de implicamiento emocional, pero no por ello el mejor. Eso significa, que tenemos no uno, sino muchos términos medios que, como todo el mundo sabe, es el mejor camino para alcanzar la felicidad. Y para mí, esto y alcanzar la felicidad de mi Amo (algo redundante porque, egoistamente, es la mía también) son algunos de mis principales objetivos en esta vida.
Después podríamos ir describiendo varios grados de sentimientos en una escala que fuera aumentando hasta llegar al enamoramiento, quizá el máximo grado de implicamiento emocional, pero no por ello el mejor. Eso significa, que tenemos no uno, sino muchos términos medios que, como todo el mundo sabe, es el mejor camino para alcanzar la felicidad. Y para mí, esto y alcanzar la felicidad de mi Amo (algo redundante porque, egoistamente, es la mía también) son algunos de mis principales objetivos en esta vida.
Y como este es mi blog (con permiso de mi Amo, que me ha cedido este sitio, además de otro mucho más agradable), expondré mi caso.
Si sólo para tener sexo vainilla necesito sentir un mínimo de interés por la otra persona, aunque sea sólo por cómo remueve el azúcar en el café, para entregarme a mi Amo necesito muchísimo más, porque le voy a regalar mi libertad. A eso le añadimos que, como personas completas, comentaremos otros aspectos de nuestras vidas, que no sólo de D/s viven el Amo y la sumisa. La cosa se complica bastante más.
Así que, como sumisa, necesito estar segura de que mi Amo valorará mi entrega y sabrá administrarla con sabiduría y sensatez, pero también significa que como sumisa y persona, tendré sed de abrazos, besos y mimos de mi Amo, de conocer sus impresiones sobre mí, de saber si está orgulloso de su posesión o no, o de los aspectos que debo mejorar. Y esto, a mi humilde entender, no se cubre simplemente con cariño, el cariño se lo tengo a mis plantas, a mis vecinos, e incluso a mis jefes.
Pero ir más allá del cariño le da una vuelta de tuerca a nuestra vida: de repente, nos encontramos con una preocupación adicional por el bienestar del otro, le añoramos, con lo bien que se estaba sin ese sentimiento de 'me falta una parte de mí'. Es la otra cara de la moneda, eso sí, con mucha sal, con una ilusión extra. ¿Por qué matar estos sentimientos, por qué temerlos?
Dos décadas después de nacer, año arriba, año abajo, tuve claro que sólo me van a dejar a vivir una vez. ¡Sólo una! Sin rebobinados, manejando algo bastante complejo que viene sin manual y que llamamos vida. Prefiero que mi corazón llegue a su final con cicatrices de guerra, de haber vivido, a que termine enterito, nuevecito, por no usarse, no vaya a ser que se estropee. Que además, de esto no se suele morir la gente.
Y las cicatrices sólo se logran cuando existe valentía, que no es lo mismo que imprudencia, y decidimos encarar lo que viene. Yo, reconozco, no lo soy tanto como quisiera, pero es de agradecer que el que me posee sí lo sea. Poder comunicar lo que siento o escuchar lo mismo de Él, sin juegos al gato y el ratón, sin necesidad de taparse y ocultarse, me parece una riqueza que no conviene derrochar y que merece la pena sentir.
Por eso, cuando Le echo de menos, o me acuerdo de Él en ciertas situaciones de mi vida cotidiana, cuando unas palabras suyas ante un mal comportamiento mío, que muestran su disgusto, duelen más que mil azotes, cuando me invade la alegría al encontrarle, intento dejarme llevar, no capar lo que es propio de las personas, como reacción ante la vida.
Por eso, cuando Le echo de menos, o me acuerdo de Él en ciertas situaciones de mi vida cotidiana, cuando unas palabras suyas ante un mal comportamiento mío, que muestran su disgusto, duelen más que mil azotes, cuando me invade la alegría al encontrarle, intento dejarme llevar, no capar lo que es propio de las personas, como reacción ante la vida.
2 comentarios:
Querida descalza... yo pienso un poco como tu... no me imagino una entrega sin sentimientos en el medio...
Claro está no todos piensan igual, pero creo que entre gustos y colores cada quien hace lo que mejor le parece...
A veces nosotras mismas nos cegamos diciendo que solo es un AMO... que no ha sentimientos, pero aun sigo creyendo que son solo palabras...
Cuanto mas ahondamos, mas nos involucramos...
Te dejo un beso y me levo el link de tu blog a mi pagina...
un beso enorme
Gracias, yo también te he agregado... Y sí, al fin y al cabo, son solo palabras...
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