jueves, 17 de octubre de 2013

Que si me quieres decir algo


Hace tiempo añadí la opción de ¿Me quieres decir algo? en el blog, arriba, en una pestaña, con la intención de que los lectores que quisieran comunicarse conmigo de una manera más directa, tuvieran la oportunidad de hacerlo a salvo de los miles de ojos y robots de internet que escanean el blog, comentarios incluidos.

No se ha utilizado demasiado, es cierto, pero sí más de lo que yo esperaba. Y en este tiempo, las consultas sobre relaciones D/s son las que se llevan la palma. Yo no soy ninguna gurú, ni nunca lo seré, por eso procuraba responder con cuidado, porque cada persona es un mundo, y sus circunstancias pueden variar de un segundo a otro. Me llama la atención, porque leyéndome a través del blog, esas personas me otorgan la confianza que no encuentran en sus amigos del día a día, sus habituales del chat o sus amigos del BDSM. Me halaga, claro, pero me produce una impresión de soledad en el BDSM que ya me he encontrado en otras personas, sean del rol que sean.

También me llegan felicitaciones por el blog, y como a nadie le amarga un dulce, me alegran el día.

Y después están los mensajes un poco crípticos, que no me los tomo ni a bien, ni a mal. Los emails que proporcionan, no parecen del todo verdaderos, así que tampoco puedo contestarles.

Finalmente, anuncio, con tristeza, que no tengo trolls. ¡Trolls del mundo, que un blog no lo es de verdad hasta que osáis pisotearlo con vuestras pezuñas!

El/la troll del BDSM

1 comentario:

Syd dijo...

Los Trolls de vez en cuando alegran igual que el dulce, mientras ellos mismos sepan que son Trolls, claro, porque los peores son los involuntarios.

Que bueno leerte :)